La acusación establece que desde 2020 hasta el presente, la organización distribuía drogas desde un residencial público.

Un gran jurado federal emitió una acusación contra 14 miembros de una pandilla de Arroyo por conspiración con la intención de distribuir sustancias controladas, anunció W. Stephen Muldrow, fiscal federal para el Distrito de Puerto Rico.

El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y la Fuerza de Choque de Guayama del Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR) estuvieron a cargo de la investigación del caso. El Equipo de Respuesta Especial (SRT) de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) colaboró durante los arrestos.

“Estos arrestos demuestran la determinación implacable de la Fiscalía Federal y de nuestros socios en la aplicación de la ley de hacer rendir cuentas a las organizaciones criminales que utilizan la violencia y la intimidación para controlar el territorio de drogas”, dijo el fiscal federal Muldrow durante una conferencia de prensa.

“Continuaremos desmantelando pandillas violentas y haciendo que nuestras comunidades sean más seguras”, agregó.

La acusación establece que desde 2020 hasta el presente, la organización de narcotráfico distribuyó base de cocaína (conocida comúnmente como “crack”), cocaína, fentanilo o una mezcla o sustancia que contuviera una cantidad detectable de cualquier análogo de fentanilo, y marihuana, dentro de 1,000 pies del residencial público Isidro Cora, y en otras áreas cercanas a Arroyo, todo por una ganancia y beneficio económico significativo.

“El FBI no permitirá que pandillas violentas dicten la calidad de vida o apaguen la esperanza del pueblo de Puerto Rico y de las Islas Vírgenes de Estados Unidos,” dijo Devin J. Kowalski, agente especial a cargo de la Oficina de Campo del FBI en San Juan.

 “Nuestra oficina, junto con nuestros socios, continuará desmantelando organizaciones criminales que alimentan el terror en nuestras calles. Los esfuerzos deliberados de matones por destruir la prosperidad se enfrentarán con los esfuerzos implacables del FBI por aplastar el crimen violento y defender la patria.”

Como parte de la conspiración, los acusados establecieron un punto de distribución de drogas que operaba dentro de tres apartamentos en el residencial público Isidro Cora y los vendedores despachaban drogas a través de una ventana o balcón para evitar ser vistos o detectados por la policía.

Algunos de los acusados y sus conspiradores mezclaban fentanilo con la cocaína para venderla en los puntos de drogas, así como xilazina con el fentanilo – una combinación mortal. Documentos judiciales también reflejan al menos dos muertes por sobredosis de clientes dentro del residencial público.

Los acusados desempeñaban diferentes roles para promover los objetivos de la conspiración de narcotráfico, incluyendo: líderes, corredores, vendedores y facilitadores. Los miembros de la pandilla usaban fuerza, violencia e intimidación para amenazar a organizaciones rivales de narcotráfico y para disciplinar a miembros de su propia organización, incluyendo golpizas a otros conspiradores y residentes de los residenciales, con distintas armas, incluyendo látigos de caballo, como medida disciplinaria si desobedecían.